jueves, 2 de febrero de 2017

CUBIERTAS VEGETALES EN EL OLIVAR

CUBIERTAS VEGETALES


Galicia, tierra donde abundan las fincas agrícolas y donde muchos agricultores disponen de aperos de todo tipo. Entiendo que para quien tenga tractor, es relativamente pasar el arado, la grada o la fresa (rotavator). Que bonita queda la finca al pasar la fresa como se llama por estos lares al rotavator. 
A mucha gente le sorprende cuando les doy mi opinión al respecto. En olivar nada de de remover la tierra cada dos por tres. Incluso en zonas de España, tradicionalmente olivareras, se están dando cuenta que no conviene el laboreo excesivo o incluso prefieren no hacer otra cosa en el suelo, excepto desbrozar la tierra.
Los motivos son varios: Manteniendo las raíces de las malas hierbas, en pendientes sujetamos la tierra y evitamos escorrentías que en algunas ocasiones, dejan al descubierto las raíces de los olivos. Al desbrozar la hierba y dejar que seque, aportamos al suelo carbono y mantenemos la humedad creando sobra en el suelo. Al dejar las raíces, volverá a nacer la misma flora el año siguiente y por lógica, se mantendrá la misma fauna (insectos). Insectos para los cuales disponemos de productos eficientes ya que ya los conocemos. Si cambiamos la fauna, es posible que os productos habituales dejen de funcionar y tendremos que cambiarlos cada poco por ya no ser efectivos. Me estoy imaginando un gusano tomando el sol en la entrada de nuestra finca....Pensando: ¿ Qué me como, una hoja de olivo o una mala hierba ? Si acabamos de pasar el rotavator, solo hay una opción.

 Cubierta vegetal espontanea desbrozada


Finca sin cubierta vegetal donde se aprecia la erosión


Al desbrozar con el tractor, veo saltar del suelo grillos, saltamontes, escarabajos y otros bichejos que no conozco. Si no tuvieran hierba entre mis olivos, que comerían ?????

El olivo tiene unas raíces muy superficiales que estaremos rompiendo cada vez que pasemos algún apero, ya sea fresa, gradas o arado. 

Podemos elegir si queremos dejar como cubierta vegetal, la plantas espontaneas que suele nacer por su cuenta o podremos sembrar alguna gramínea que nos interese y luego desbrozarla. La podremos dejar para que se convierta en abono o recolectarla para el aprovechamiento que busquemos. 
Personalmente, estoy probando con grelos que me han regalado, aunque hay quien siembra cebada, ballico, bromo, leguminosas, vezas, altramuces o crucíferas.

En algunas zonas como Badajoz, está muy popularizada la palabra curar. Curar significa por esa y otras zonas de España, aplicar glifosato a todo el suelo del olivar para eliminar químicamente cualquier mala hierba. Ello deja en la finca un aspecto desértico que desde luego no es la imagen de olivar que nos gusta ver. Sin hablar de los destrozos que provoca la erosión pasados unos años.


LOS HONGOS EN EL OLIVAR GALLEGO

LOS HONGOS EN EL OLIVAR GALLEGO

Muchas enfermedades que sufren los olivos en Galicia, están producidas en muchos casos por hongos, ya sean aéreos o del suelo, muy pocas enfermedades son causadas por bacterias y raramente producen enfermedades los virus.

Los hongos aéreos normalmente se tratan preventivamente con pulverizaciones foliares en primavera y otoño, aprovechando también para hacer tratamientos contra plagas y abonado foliar. Solemos utilizar caldo bordelés u otros productos con sulfato u oxicloruro de cobre.

Sin embargo los hongos del suelo no reciben ningún tratamiento preventivo, solamente se actúa cuando el hongo ya está presente, y a veces ya es demasiado tarde.
Los hongos del suelo son llamados habitantes y viven de forma saprofita, es decir, están presentes en el suelo en mayor o menor medida, alimentándose de materia orgánica en descomposición y si se dan las condiciones favorables, atacan a las plantas convirtiéndose en parásitos.
En Galicia tenemos una colección de unos 400 hongos diferentes. Nuestra pluviometría cercana a los 800 litros por año es el principal causante de esta proliferación.



Estas condiciones favorables, siempre son una temperatura de al menos 20 ºC y una elevada humedad del suelo, por lo que estas condiciones coinciden normalmente con la primavera. 



Los más conocidos en los olivos de Galicia, son: Repilo, Phythopthora spp, Verticilium dahliae.



MEDIDAS PREVENTIVAS:

Diseñar un buen drenaje que evite la acumulación de agua en épocas lluviosas.

Si el riego es por inundación se rodearán los troncos con un caballón que evite su contacto directo con el agua.
Si el riego es por goteo se separarán los goteros del tronco, para evitar una excesiva humedad en el mismo.
Evitar el uso de maquinaria y aperos que produzcan lesiones en el tronco.
Evitar la compactación del terreno, pues dificulta el crecimiento de las raíces.
No aportar materia orgánica en descomposición junto a la base del tronco.
Evitar riegos abundantes después de periodos de sequía.

El análisis foliar



EL ANÁLISIS FOLIAR

No es suficiente con realizar un análisis de tierra. Sobre todo en Galicia, donde la acidez del suelo no permite a la planta coger los nutrientes que tiene, en principio, a su alcance. Se trata de ver si lo que hay en la tierra llega a las hojas. Obviamente, tendremos que haber hecho un análisis de tierra antes o a la vez. La mejor época para el análisis foliar es en julio, pero cuando vemos carencias en nuestros olivos, no vamos a esperar, se hace en cualquier momento. No es caro, con lo cual en julio lo repetiremos. Nos interesa sobre todo conocer, si arriba (hojas), llega nitrógeno, fósforo, potasio, boro, calcio, magnesio, hierro, manganeso, boro, cobre y zinc. Básicamente, comparemos qué hay abajo, que no llegue arriba. De momento las carencias en hojas que no lo sean en suelo, podremos aplicárselas al olivo de forma foliar con una mochila y aprovechando la aplicación de otros productos.

Parte de una analítica foliar


Por lo general, las analíticas suelen incluir los valores normales aconsejables. Ello nos permite inicialmente tener una primera impresión. En la imagen de arriba, vemos que en estas hojas de olivo, tienen 0.84 % p/p de potasio y ese valor está dentro de la zona considerada normal.
Sin embargo también vemos que tenemos exceso de nitrógeno y escasez de magnesio.
A pesar de tener una primera impresión que a grosso modo podremos comprender, lo aconsejable siempre, es contar con la opinión y consejo de un experto que nos elaborará un plan de abonado. El profesional nos dirá las dosis a aplicar en cada momento, ya que algunos excesos provocan otras carencias. O sea que unos nutrientes actúan sobre otros.

Si por ejemplo, en tierra tenemos fósforo y en la hoja no, aplicaremos a nivel foliar, algún producto rico en fósforo como medida de parche. Quiero decir que no es plan, el aplicar todo a nivel foliar. Lo normal y deseable es obtener las condiciones idóneas para que el olivo tome todos los nutrientes por la raíz y por su propia cuenta. Es el caso de muchos agricultores de Galicia, debido a la acidez de la tierra y por ese motivo, dificultad de que el olivo tome todos los nutrientes por la raíz, mientras neutralizamos ese conflicto, podemos abonar por vía foliar.

El suelo en Galicia

NUESTRO SUELO

Todos los factores son importantes, pero sinceramente el terreno donde se va a ubicar para siempre nuestro pequeño olivo es con diferencia el que más atención requiere.
En Galicia tenemos en general un terreno muy acido. Ello nos dará unos valores de Ph muy bajos para este y otros cultivos como lo es la viña. Cada año, tendremos que destinar cierta cantidad de dinero a enmendar esta característica negativa para el olivo. En nuestra comunidad el Ph de la tierra se encuentra entre 4.50 y 5.50 y el olivo para poder absorber los nutrientes, requiere de un Ph cercano a 6 o 7 incluso.

Es curioso que tengamos en nuestra comunidad una grandísima cantidad de materia orgánica así como humedad y sin embargo nuestro suelo no es capaz de transformarlo en nutrientes asimilables para nuestros olivos.



QUÉ ES UN SUELO AGRÍCOLA

Es el lugar donde se desarrollan las raíces de las plantas. Está formado por una gran variedad de minerales y seres vivos. Tiene la misión de sustentar las plantas y proporcionarles nutrición. Las características de la roca madre de la que procede el suelo unido a las condiciones climáticas, dan unas características especiales a cada uno de ellos.

Asimismo la acción del hombre, cultivando el suelo, también provoca cambios en el mismo. A lo largo del tiempo, se van distinguiendo varias capas o perfiles que básicamente coinciden en todos los suelos.

COMPOSICIÓN DEL SUELO

Los componentes del suelo son básicamente cuatro: Agua, aire, minerales y materia orgánica. Es imprescindible que para que un suelo sea fértil, mantener las proporciones de estos componentes, pues si se rompe el equilibrio pueden surgir problemas graves. Un aumento de la cantidad de agua en detrimento de la cantidad de aire, puede provocar la asfixia de las plantas. Por el contrario, un descenso del agua, por debajo de cierto nivel (punto de marchitamiento) puede provocar que las raíces no puedan tomar agua. Asimismo la materia orgánica es imprescindible en un suelo, pues junto a la arcilla, van a formar la molécula que da la fertilidad al suelo, el complejo arcillo húmico. Este agregado tiene la particularidad de poder retener todos los nutrientes del suelo, excepto los de carga negativa, como los nitratos, por ello los nitratos son tan móviles y si se aplican en exceso o en el momento en el que las plantas no lo tomen, se pierden por lavado. Los minerales del suelo están formados principalmente por Arena, limo y arcilla, así como carbonatos, silicatos, etc. Pero también y no menos importante, hay seres vivos en el suelo, bacterias, hongos, nematodos, invertebrados, etc. Estos seres vivos tiene la misión de descomponer la materia orgánica en minerales. Pero también pueden ser perjudiciales para las plantas, como los hongos fitopatógenos (verticilium, phytophtora y Fusarium) y nematodos.

EL PROBLEMA DE LOS SUELOS ACIDOS 

Son suelos ácidos todos lo que tienen un pH bajo, por debajo de 7 und. Pero cuando un suelo alcanza un pH tan bajo como 5,5 und, entonces estos suelos se vuelven problemáticos. La causa más frecuente de la acidificación del suelo es el lavado del calcio en regiones con mucha pluviometría. En regiones no tan lluviosas, la acidez proviene de la roca originaria, pobre en cationes. En un suelo ácido, el complejo arcillo húmico está ocupado por cationes H+ y Aluminio. Un exceso de aluminio es muy perjudicial para las plantas, pues este elemento es tóxico, lo que les provocará la muerte. Cuando el pH del suelo sea menor a 5,5 und y el análisis del Calcio del suelo de cómo resultado un valor menor a 1.000 mg/kg, entonces se aconseja realizar una corrección de la acidez, es lo que se llama enmienda caliza ó encalado. Los productos que se utilizan son cal viva, cal apagada, calizas, dolomitas, etc. 

EL PROBLEMA DE LA MATERIA ORGÁNICA

La materia orgánica de los suelos son los restos orgánicos vegetales, más o menos descompuestos, que se encuentran en el suelo. La materia orgánica es imprescindible pues como hemos visto anteriormente, forma junto con la arcilla, la molécula arcillo-húmica, que es la responsable de la fertilidad del suelo. Asimismo, de la materia orgánica se alimentan los microorganismos del suelo y a su vez, estos microorganismos, descompondrán la materia orgánica en minerales, que tomarán las plantas. Así pues, todos estos factores hacen que la materia orgánica sea el parámetro más importante del suelo y que por sí mismo, nos indica de forma indirecta si un suelo es fértil cuando está en buena cantidad.
Cuando en un suelo la materia orgánica es inferior al 2 %, se aconseja realizar una enmienda orgánica, con cualquier tipo de materia prima, ya sea un abonado en verde, compost de Residuos Sólidos Urbanos (RSU), lodos de Depuradoras (EDAR), Estiércoles de animales, Restos de poda, Restos de animales, etc

EL PROBLEMA DE LOS SUELOS POBRES

Los suelos muy pobres son aquellos en los que la productividad es muy baja y no es rentable el esfuerzo económico y de trabajo que se hace, para sacar adelante el cultivo.
Lo primero que tenemos que hacer es un análisis del suelo, de esta forma encontraremos el problema de la baja productividad y posteriormente con ayuda de un técnico agrícola, tomaremos las medidas de corrección necesarias, que casi siempre son posibles.

POR QUÉ HACER UN ANÁLISIS DE SUELO

Al igual que no nos embadurnamos cada mañana antes de salir de casa, con Betadine y nos tomamos una aspirina, por si a lo largo del día nos hacemos una herida en alguna parte del cuerpo o nos da dolor de muelas, tampoco demos abusar de los abonos o nutrientes que aportamos a nuestro olivar.

          Un análisis de suelo se hace por varios motivos, principalmente por:
1.    Se va a hacer una nueva plantación.
2.    Se tenga un problema de baja productividad (suelos pobres)
3.    Para planificar el abonado
4.    Efectivamente, siempre que se vaya a realizar una nueva plantación, hay que realizar un análisis de suelo para conocer las características del mismo, si puede tener algún tipo de problema, que riqueza tiene, etc.
          En un análisis de suelo normal se deben de analizar siempre los siguientes parámetros:
1.    Los nutrientes. Estos son el nitrógeno, fósforo, potasio, calcio y magnesio. Nos servirá para planificar el abonado.
2.    El pH del suelo, nos indica si tenemos un problema de suelo acido o demasiado básico.
3.    La conductividad nos indica si tenemos un problema de sales.
4.    La materia orgánica nos indica, como ya dijimos, de una forma indirecta, la fertilidad del suelo, y si debemos realizar aportes de ella.
5.    Caliza Total y Activa nos indica si vamos a tener un problema de exceso de caliza.
6.    Las características físicas del suelo. Estas vienen determinadas por la textura, que es la cantidad de arena, limo y arcilla del suelo. Nos va a indicar si va a ser un suelo demasiado arcilloso y por tanto con poca permeabilidad, o por el contrario un suelo muy arenoso, y por tanto pobre y con poca capacidad de retención de agua.
          Un problema  de baja productividad, se puede estudiar mediante un análisis del suelo, pudiendo estar ocasionado por varias causas, como se ha visto en el punto anterior.
          Por último, para realizar un correcto abonado, es necesario conocer las reservas del suelo en cuanto a los principales nutrientes, NPK y la materia orgánica.
          Así, en base a esas reservas, podremos recortar en la aportación anual de abono o por el contrario aumentarla, cuando las reservas sean deficitarias. 

COMO CORREGIR EL PH DE NUESTRA TIERRA

Un suelo ácido será aquel cuyo pH presente valores inferiores a 7.  Cuando la naturaleza de nuestro terreno es ácida se pueden presentar las siguientes deficiencias minerales:
Fósforo - Calcio - Magnesio - Molibdeno - Boro

La capacidad tampón del suelo es impresionante. Esto quiere decir que se necesitan cantidades ingentes de compuestos minerales para corregir un poco el valor. Esto se reduce a costes económicos importantes, dependiendo de la superficie de nuestro terreno. Sólo se recomienda realizar estas actuaciones cuando se tienen valores de pH del suelo muy ácidos, donde se dificulta enormemente el desarrollo de los olivos.
Podemos utilizar 2 elementos para realizar una corrección de pH. Por un lado, estaría la cal viva y por otro, la caliza. En Galicia se está obteniendo resultados adecuados con caliza magnesiana.

Nitrógeno

No tendremos ningún problema de disponibilidad de nitrógeno para nuestros olivos siempre que el pH del suelo se encuentre entre 5,5 y 8.

Potasio

Si el pH del suelo es normal (cercano a 7), no existirá ningún problema de asimilación de potasio. Pero si: pH > 8: se produce un antagonismo con el calcio.

Fósforo

Tenemos varios comportamientos:
  • Si pH < 6,5: precipita con hierro y aluminio.
  • Si pH > 7,5: precipitará con el calcio.
  • Si pH >8,5: se solubiliza con sodio.

Calcio

El calcio es el elemento por excelencia en un suelo básico o alcalino. Una planta cultivada en un suelo ácido es susceptible de tener problemas de carencia de calcio. Todo dependerá de los niveles necesarios para su desarrollo.

Boro

Cuando el suelo tiende a pH alcalino, se presentan deficiencias de boro.
Molibdeno
Si el pH de un suelo es ácido, las plantas cultivadas en él son susceptibles de presentar carencias de molibdeno.
Hierro, magnesio, cobre, cinc y aluminio
Todos estos elementos aumentan en solubilidad y disponibilidad para las plantas cuando el suelo es ácido. A medida que el pH disminuye, aumenta su movilidad. Por lo tanto, un suelo básico o alcalino es susceptible de presentar déficit en hierro, magnesio, cobre, cinc o aluminio. Recordemos por ejemplo, la clorosis férrica (la más famosa de las carencias) por falta de hierro y su corrección con dichos quelatos.

Un suelo ácido o excesivamente ácido presenta una menor actividad de microorganismos y un menor desarrollo radicular. La asimilación del hierro mejora pero no lo hace por igual la del fósforo o el nitrógeno (elementos muy importantes en nuestro olivar). Sin embargo, para que realmente pensemos que vamos a tener problemas por pH ácido es a partir de 5,5. 
Visto lo visto, de poco nos sirve gastarnos el sueldo en abonos si nuestro olivo no es capaz de alimentarse por sí solo o nuestra tierra no transforma los abonos que aportamos. Lo primero y más importante, subir el Ph cercano a 6.5 y la naturaleza hará casi todo el resto.

LA PODA

Poda de formación


En los primeros años, nuestro olivo va a intentar darse su propia forma natural y como arbusto que es, si no lo podamos adecuadamente, emitirá brotes y ramas en todas las direcciones con el consecuente despilfarro de savia que irá a parar a ramas que no nos interese conservar.
Otro motivo  principal por el cual tradicionalmente se podan los olivos, es por el hecho de que si lo que deseamos es una óptima producción, uno de los factores capitales es la insolación.
Debemos darle al olivo una forma, que permita la insolación en un área lo más amplia posible ya que está más que demostrado, que a más zona iluminada por el sol más fotosíntesis y más producción.
No podemos dejar de lado el hecho de permitir que la copa del olivo se airee. Ello se consigue dando aclareos dentro de la copa para permitir que penetre y circule el aire. Ello evitará en cierta medida,  que sobre las hojas humedecidas por la lluvia o el rocío durante varias horas y con ciertas temperaturas dependiendo de la fecha del año, se críen hongos.
También es importantísimo el haber elegido un marco de plantación adecuado para nuestra plantación. No estamos hablando de un olivo en mitad de una finca totalmente despejada. Si pensamos en una plantación de olivos por ejemplo de una hectárea, tendremos alrededor de nuestro hipotético diseño de olivo, otros 700 que le pueden dar sombra.
El olivo necesita de 2000 horas de luz solar al año. Todos los trabajos de poda deben ir orientados a favorecer esa insolación y por supuesto evitar que haya sombras dentro del propio árbol y con los vecinos.
Cuando plantamos un olivo de uno o dos años, éste suele estar compuesto por una sola rama central y ocasionalmente con otra u otras en la parte basal del tronco.

Debemos tener clara en la cabeza, la imagen que buscamos para nuestro olivo desde el principio, para no desperdiciar savia y tiempo. Cuando es una varilla simple, todo mínimo crecimiento nos hace falta y éste debe ser orientado hacia esa forma imaginaria que perseguimos.



Personalmente me agrada la forma en copa. Busco un tronco a unos 80 cm-100 cm. Solo dejo las ramas que van hacía fuera, las que apuntan hacia adentro las elimino. Son reglas que tengo permanentes en mi cabeza cuando estoy podando, tenga el olivo la edad y tamaño que tenga.
Obviamente, hay cortes que no se pueden hacer hasta que no existan esas ramas, pero siempre tengo en mente la forma que busco y así no dejar que la savia y el crecimiento se desperdicien.
Con esta forma en copa o vaso, es fácil entender que el sol que se va desplazando por encima de nuestro olivo, le irá iluminando por un área más grande.



Volviendo al principio y ahora que tenemos clara la imagen que buscamos, vamos a ir dándole forma a nuestro olivito, teniendo en cuenta, entre otros factores, que no podemos desproveerle de hojas en ningún momento de su vida. Aunque podemos creer que lo que más necesita es agua y nutrientes, lo más importante es la luz solar. Si no recibe luz solar, de poco le servirán los nutrientes y humedad del suelo. Para beneficiarse de la luz solar, necesita tener hojas para realizar la fotosíntesis que a su vez transformaran los nutrientes y humedad en savia asimilable.
Por ese motivo, aunque busquemos por ejemplo un tronco de 80 cm, y tengamos en mente que todo lo que brote por debajo de esa medida debe ser eliminado, si la altura total es de 90 cm, obviamente no podremos todavía eliminar todo lo que haya debajo de los 80 cm ya que nos quedaríamos prácticamente sin nada.
Personalmente tengo una regla que es la que vengo siguiendo con olivos todavía pequeños. Hasta que no alcanzan los 130 cm. Es la fórmula de los 2 tercios. O sea quito 2 y dejo uno.
Me imagino tres tercios de olivo y elimino todo lo que haya en los dos tercios inferiores, dejando el tercio superior para fotosíntesis.



Cuando el olivito ya pasa de los 100 cm, es más fácil ir viendo lo que dejar o eliminar. Buscamos la cruz que pretendemos dejar que es un Y compuesta por un tronco y dos o tres ramas principales. En la imagen de arriba, este hipotético olivo tiene una posible cruz a unos 80 cm. Le quitamos la central para convertirla en y ya tenemos nuestra cruz definitiva.
Imaginemos un olivo que se deja de podar por varios años:
En este hipotético olivo sin podar, localizamos una posible cruz a unos 80 cm del suelo, que nos puede servir de apoyo para las ramas principales que darán forma y soporte a nuestro futuro olivo.

Nos ponemos manos a la obra, teniendo muy en cuenta la cruz elegida. Aquí no utilizaremos la fórmula de  los tres tercios, ya que el olivo ya sobrepasa de sobra los 130 cm. Aquí, el punto de partida es la cruz elegida. Empezamos eliminando todas las ramas que haya debajo de la cruz.

Ahora eliminaremos la rama central ya que no deseamos que suba muy arriba por el centro, hemos elegido la formación en vaso o copa. También vamos a eliminar las ramas que apunten hacía dentro ya que darían sobra en el interior del olivo y además corremos el riesgo que se entrecrucen con las del otro lado del olivo. Igualmente si vemos que alguna rama se dirige hacia otras pudiéndose cruzar en un futuro, podemos eliminarla.



Como podemos ver en la imagen superior derecha, la zona insolada es amplia y favoreceremos con ello una máxima producción. Eso sin tener en cuenta otros factores limitantes que no tienen que ver con la poda. (Esto no es una fábrica de tornillos donde salen todos iguales).
Reglas de oro en la poda:
-Ante la duda, dejo esa rama. Ya habrá tiempo de eliminarla.
-Pensar tres veces y cortar una.
-Cada maestrillo tiene su librillo. No hay una regla elemental. Quien te vea hacerlo, siempre te aconsejará otra manera también eficiente…Obvio hay tantas.
-Muchos tendemos a pasarnos con la poda…Debemos sujetarnos la tijera y dejarlo para la siguiente vez.
-El olivo da fruto en la rama nacida el año anterior, en la rama podada, nunca hay dado fruto, que se sepa.
En esta imagen podemos ver un olivo de la variedad Brava donde uno se le fue un poco la mano. Lástima no se le fuera la cabeza con la motosierra.


"Pa matarlo"

EL REPLANTEO DE LA PLANTACION

EL REPLANTEO

Parece un factor secundario, pero yo le doy mucha importancia. Debemos dedicarle tiempo a replanter exactamente donde va a ir plantado cada olivo. Tendremos en cuenta que el día de mañana estos creceran. Dejaremos calles amplias y espacio en las cabeceras de las lineas de plantación para maniobrar con el tractor. Buscaremos alinear la plantación, de forma que el tractor circule siempre hacía arriba o hacía abajo, minimizando las maniobras inclinado. Un tractor es bastante falso con según que apero y debemos prever que maniobras necesitaremos realizar. 
Basandome en el marco de plantación que a mi me gusta, el intensivo. En base al tamaño de la finca, decidiremos primero la distancia entre lineas de plantación que vamos a querer pensando en la comodidad y dando libertad de crecimiento a la planta. Esto son hileras de olivos todas en paralelo. Si la finca es muy pequeña, por debajo de los 3000 metros cuadrados, quizás no vayamos a utilizar tractor y las labores de desbroce, poda y cosecha se vayan  a realizar con maquinas de mano aunque a gasolina., pero aún así, tendremos que dejar espacio para el crecimiento, que no se solapen los olivos y que no se den sombra. Podríamos en ese caso dejar calles de 4 metros de ancho y en cada linea, olivos cada 3 metros. Este sería mi mínimo aceptable.
Pero por encima de esa superficie, al menos un tractor pequeño tendremos que utilizar. Con respecto a los cabeceros, debemos pensar que el tractor tiene que girar 180 grados al final de cada calle para incorporarse a la siguiente o tercera. Según con que apero, para no perder tiempo maniobrando, suelo hacer las calles pares en un sentido y las impares a la vuelta.
Si la finca tiene al menos 1 hectárea (10 000 metros cuadrados), mi opción sería 5X5. Calles de 5 metros y olivos a 5 metros el uno del otro. Los cabeceros deberán tener 5 metros para tractor pequeño y 8 metros para tractor estandard. 

Buscaremos siempre trazar la primera linea en el sentido longitudinal de la finca, siempre y cuando no tengamos la inclinación perpendicular a la misma. Insisto, lineas en llano o que suben y bajan.
Nos pondremos en el lugar más largo de la finca y mediante dos estacas, instalaremos la primera cuerda de extremo a extremo.
En este punto necesitaremos una escuadra que si el ancho de las calles es de 4 metros, la escuadra llegue a esa medida.
Este paso es muy importante y es donde muchos se equivocan. El lector estará pensando que es fácil sacar paralelas partiendo de la primera... No sin escuadra. Si medimos 4 metros desde la cuerda matriz a 90 grados, estaremos a exactamente 4 metros de la misma. Pero si por no tener escuadra, medimos 4 metros a 150 grados, en realidad el ancho se la calle, se habrá quedado en por ejemplo 3.70m.
Para conseguir una escuadra de tal dimensión, nos la podemos fabricar nosotros mismos.

Cogeremos una cuerda con la que haremos un triangulo. indicaremos cada vertice con un nudo en el lugar exacto de la cuerda y los lados del triangulo tendrán 3m, 4m y 5m cada uno.
Empezaremos midiendo un tramo de 3 metros y haremos un nudo en el lugar exacto, a continuación otro de 4 metros y para terminar el tramo de 5 metros. Habremos conseguido una escuadra que donde se junta el tramo de 4 metros y el de 3 metros tendremos un angulo de 90 grados, siempre y cuando el tramo de 5 metros está tensado. 
Es una simple ecuadra para cualquier medida grande. No tiene nada que ver estas medidas para construir la escuadra con el ancho de las calles o separación entre olivos.

Bien pues una vez tenemos nuestra escuadra, ponemos el lado de 3 metros longitudinalmente sobre nuestra cuerda matriz y habremos obtenido un angulo de 90 grados en la punta del triangulo que se forma con el lado de 5m y el de 4m. Es mas dificil explicarlo que hacerlo....
Insisto que es muy importante medir los 4 metros de ancho de calle a escuadro. Si no es así, la calle nos quedará a menos de esa medida.
Una vez tengamos esas dos medidas de 4 metros en cada extremo de la linea matriz, nos será muy facil ir sacando las otras partiendo de la misma escuadra.
Ahora podremos marcar los 3 metros que separarán cada olivo. Partiremos tambien del punto donde nuestra escuadra hace los 90 grados e iremos midiendo hacía cada lado, 3m, 6m, 9m, etcétera y así para cada linea. Al llegar al final de cada linea, comprobaremos que esas cabeceras tienen al menos 5 metros hasta el final de la finca como hemos indicado anteriormente. El ultimo olivo de cada linea, nos puede quedar a 5 metros o a más, pero nunca a menos.

De esta forma habremos conseguido una vez terminado el replanteo, que miremos desde donde miremos las lineas, tanto a lo largo, a lo ancho o transversal, siempre veremos nuestros olivos alineados. Es cuestión de dedicarle 30 minutos, para despues durante toda la vida sea agradable a la vista.
Esto ha sido un ejemplo para un marco de plantación de 4X3, pero se sigue el mismo procedimiento para cualquier marco. La escuadra puede ser siempre de 3,4,5 metros cada lado, indistintamente del marco plantación.



EL SISTEMA RADICULAR

EL SISTEMA RADICULAR

Las raíces de los olivos son muchas veces olvidados ya que el noventa por cierto de lo que se ve del árbol es la parte aérea y tenemos tendencia a descuidarlas, siendo esto en mi opinión un grave error. Una planta comienza en sus raíces, y son tanto o más importantes desde el punto de vista funcional de un árbol que la parte aérea, por muy bonita que esta sea. Son las encargadas de procurar el sustento del árbol, tanto mecánica como vegetativamente, es decir, procuran el anclaje al suelo del árbol soportando su estructura y evitando que caiga, y además le proporcionan buena parte de los compuestos necesarios para que crezca y se desarrolle. El olivo tiene un sistema radicular pivotante. Ello significa que si la tierra donde se asienta no es excesivamente dura, emitirá una raíz central vertical encargada de sostener al árbol y lateralmente crecerán raíces laterales relativamente superficiales. Mas adelante, en la sección del laboreo, veremos la importancia de conocer este ultimo detalle para decidir si queremos usar el rotavator (fresa) o no. 



Olivitos de apenas unos meses en bolsa de dos litros.

Las raíces son las encargadas de recoger la humedad y nutrientes que subirán por el tronco. Quiero dedicar este párrafo a la importancia de las raíces ya que en Galicia, en los últimos años, hemos fallado en este factor capital. Es lógico y fácil de entender que cuanto mas raíces, mas comerá nuestro árbol. He comprobado involuntariamente, como un olivo de varios años al que le he tenido que dejar solo un pequeño brote, conservando sus raíces adolescentes, hacía crecer ese brote a una velocidad impactante. Imaginemos un olivo centenario con un tronco de 50 cm. Aunque no se ven, debe tener un sistema radicular gigantesco. Pues imaginemos que en un incendio, arde el árbol menos las raíces que están bajo tierra. Si el olivo vuelve a brotar, que lo hace, ese nuevo brote recién nacido, se alimentará con un sistema radicular centenario y crecerá a una velocidad de vértigo. Se me ocurre un símil, imaginemos que le ponemos un motor de formula uno a un seat 600. Para este hipotético caso, pensemos solo en la velocidad y no en otros resultados obvios. En una ocasión tuve una experiencia que reforzó esta teoría. Tengo un olivo de unos 4 años en maceta. Era un chupón retirado de un olivo centenario y tenía un tronco de unos 15 mm de grosor y metro y medio de alto. Descubrí que nacieron a lo largo del tronco, una decena de verrugas características de la tuberculosis. Tratándose de un olivo autóctono de la variedad brava gallega, con un valor inestimable para mi y a pesar de tal enfermedad, me resistía a tirarlo o incluso quemarlo que sería lo apropiado en ese caso. Tengo entendido que la tuberculosis en el olivo no se cura, solo se puede prevenir. A sabiendas de esto, con un cutter, corté las verrugas y apliqué una masilla a base de oxicloruro de cobre. A los pocos meses volvieron a aparecer las verrugas y además con más fuerza. Cuando ya lo había sentenciado, aprecio un pequeño brote que emergía de bajo tierra y ya con unos cinco centímetros. Fué entonces cuando vi la oportunidad  de cortar el tronco infectado y dejar el nuevo brote como tronco. No me quiero hacer ilusiones, pero hoy, cuatro meses después, ese brote tiene ya un metro de alto e incluso copa formada con unas diez ramas laterales. Ninguno de mis olivos a crecido a tal velocidad, lo que me demuestra que con el sistema radicular de varios años alimentando un pequeño brote, el resultado es una velocidad muy superior a la normal. No tengo mucha fé en que no vuelvan a salir las verrugas en el nuevo tronco. Si así es, este olivo alimentará mi barbacoa algún domingo de estos.
Mis primeros olivos que citaba al principio de este escrito, medían 30 cm y con un sistema radicular alojado en un tiesto tamaño yogur. Ya os he hablado de lo mal que iban de hecho los he arrancado. Hoy en día, no planto nada que no tenga al menos un sistema radicular de dos litros. O sea bolsa o tiesto de unos 12 cm de diámetro y 20 cm de alto.



Olivo con sistema radicular minúsculo que tras dos años, sigue igual.

Estoy convencido que este detalle es clave. Incluso mas importante que la edad del plantón o la altura del mismo. Quizás en tierras muy fértiles, esto no sea importante, pero en Galicia tenemos que jugar sobre seguro y este factor es capital, en mi opinión.