martes, 31 de enero de 2017

Ojo a quien entregáis vuestros proyectos



En este mi blog sobre la olivicultura en Galicia, procuro aportar al sector mis propias experiencias según van sucediendo las cosas y voy avanzando. Sin grandes pretensiones ni intención de sentar cátedra, según se van desarrollando las cosas, me gusta irlas publicando para que quien les pueda sacar provecho, las utilice. Espero que siempre se haga de una forma respetuosa y sobre todo, que nadie se apunte tantos que no le pertenecen.

Procuro tener cuidado y siempre aclarar que ni soy ingeniero ni estoy en posesión de la verdad absoluta, solo un humilde opinador y relato, insisto, opiniones personales. Si alguien no está de acuerdo conmigo, que inserte un comentario y si me convence, me bajaré de mi burra. Nunca borro comentarios, me limito a defender mi teoría hasta  que me convenzan.

De los miles de defectos que tengo, uno es que no soy capaz de callarme. Como no le debo nada a nadie y no me bajo los pantalones ante nadie, puedo opinar lo que me de la real gana. 

Así que aquí va un relato, que me ha sucedido y que creo que hay que hacerlo publico.

Como ya he mencionado en otras entradas, desde 2013, estoy metido de lleno en un proyecto de recuperación y multiplicación de las variedades de olivo de Galicia.

Acabando el verano de 2014, estando en Madrid en un curso de olivicultura, recibo una llamada telefónica de una persona de la FUNDACIÓN JUANA DE VEGA de A coruña. Me indica esta persona que ha visto en Internet lo que estoy haciendo con el tema del olivo gallego y que les parece muy interesante.

Que en breve se abriría el plazo de inscripción al tercer PROGRAMA DE APOYO AGRO ALIMENTARIO  y que si me presento, es muy probable que salga elegido por lo interesante de mi proyecto. De hecho, me aclara que él pertenece a jurado y que su voto ya lo tengo.

Aclarar que dicho programa, consiste en seleccionar 10 proyectos agro alimentarios y encauzarlos, apoyarlos, buscarles financiación y en definitiva, convertirlos en actividades rentables y viables.
Aclarar también, que esta fundación privada sin animo de lucro, según su web tiene entre otros el fin de promover el conocimiento, conservación y desarrollo del medio rural en Galicia.

Con el tiempo descubro que aunque no es una fundación perteneciente a ninguna administración, tiene un apoyo bastante fuerte de la Xunta de Galicia. Que me parece muy bien, dicho sea de paso.



En otoño de 2014, presento mi proyecto sobre recuperación de olivos de Galicia, identificación de las distintas variedades, multiplicación y puesta a disposición del sector, olivos de las variedades gallegas, contrarrestando la entrada en nuestra comunidad de olivos de variedades foráneas.

Ya lo estaba desarrollando por mi cuenta a la velocidad que mi bolsillo me permitía, pero la intención era recibir apoyo técnico, económico y de cualquier índole que me permitiera llevar a cabo mi idea de negocio.

Bingo! A primeros de año, se me comunica que de unos 60 proyectos recibidos, habían seleccionad a 10 y el mio era uno de ellos.



Se me insta a que viaje a A Coruña, a las instalaciones de la fundación para una primera reunión con los tutores. Así lo hago, 167 km y otros tantos de vuelta a Ourense. Tras ese primer contacto, donde se me explica que me ayudarán a perfilar el proyecto, buscar inversores, confeccionar el plan de puesta en marcha y ejecución, me invitan a volver para una segunda reunión, tres días después. Volví a esta nueva reunión, 167 km + 167 km.

Tras esa reunión, ya en grupo, se nos invita a volver a A Coruña la semana siguiente.
Es ahí cuando decido comunicar mi baja en el programa de apoyo ya que mi trabajo no me permitía ausentarme tan a menudo a 167 km de mi ciudad. Comunico mi baja, indicando que seguiría con el proyecto por mi cuenta y con mis medios, agradeciéndoles su intento de colaboración.

En principio, parecía que ahí quedaba la relación con la FUNDACIÓN JUANA DE VEGA. Pasan los meses y sigo con mis avances de multiplicación de olivos, encuentro diferentes variedades no catalogadas, únicas en el mundo, optimizo la forma de multiplicar los olivos, instalo mis invernaderos, me doy de alta en la Xunta de Galicia como multiplicador y desembolso varios miles de euros en tasas y compra de material para mi proyecto. Incluso regalo a la colección de variedades de olivo del mundo, perteneciente a la Universidad de Córdoba, varios ejemplares de olivos autóctonos de Galicia que no tenían. Hoy ya suman 902 variedades mundiales, dos gallegas...


19 abril 2016. Solicito una reunión con la Dirección Xeral de Ordenación e Producción Forestal, Don Tomas Fernandez-Couto, con el fin de solicitar algún tipo de ayuda económica para mi proyecto que le dejo para que lo estudie. Tras unos días y habiendo estudiado mi proyecto, recibo invitación para una segunda reunión, donde me indica que no hay actualmente ninguna línea de ayuda para esta actividad, a pesar de que la idea le parece fabulosa y de gran interés para la comunidad gallega.


11 marzo 2016 Llega a mi conocimiento, que la Fundación Juana de Vega se pone en contacto con APAG (Asociación de productores de aceite e aceituna de Galicia). Decir que soy fundador de dicha asociación pero ni hoy ni en aquella fecha yo era directivo. En un correo de ese día, dicha fundación comunicaba a APAG la puesta en marcha de un proyecto de recuperación de variedades de olivos autóctonos de Galicia junto con la Misión Biológica (CSIC). En dicho mensaje se le ofrecía a APAG la posibilidad de colaborar con la Fundación Juana de Vega y CSIC en este proyecto.

La citada fundación hace de organizadora y pide colaboración a la asociación de productores de aceite y aceituna de Galicia, a la Misión Biológica, perteneciente al CSIC. Posteriormente se une al equipo de trabajo, la Asociación de viveristas del norte (O algo así).

Estupefacto por lo que considero un robo de proyecto, me pongo en contacto con la FUNDACIÓN JUANA DE VEGA, comunicándoles mi malestar por considerar que estaban utilizando el proyecto de un aspirante para un fin totalmente diferente para el cual se les había enviado.
Les dije que se parece mucho al proyecto que yo les presenté a finales de 2014 y por el cual fui aceptado en el III programa de apoyo al emprendimiento agro alimentario.


Que aunque en las condiciones de participación no he encontrado nada sobre acuerdo de confidencialidad o sobre el hecho de no usar el proyecto de un aspirante, no me parece ético que utilicen ustedes un proyecto o una idea de negocio, de alguien que opta a un programa de apoyo. Precisamente se entiende que quien necesita de dicho apoyo, tiene carencias a la hora de ponerlo en marcha o avanzar en la consecución de objetivos propios del proyecto.

Que este hecho que aunque no será ilegal, pero si me parece cuando menos falto de ética, me hace pensar si con el  proyecto de un joven emprendedor, con una buena idea, pero sin medios para ponerlo en marcha, ustedes también se atreverían a ponerlo en marcha sin su consentimiento.

Que por otro lado, no me parece de recibo que además de pretender  iniciar el proyecto que no es suyo, se lo ofrezcan a otros (2) sin acordarse de donde les viene a ustedes la idea de dicha iniciativa.

Que quizás piensen que como abandoné el programa, no tengo derecho a que se respete lo que vengo haciendo desde hace años. Pues insisto que me parece injusto,  poco ético por parte de una fundación como la suya.

Que por estos motivos, les insto a que abandonen la idea de emprender dicho proyecto de recuperación de variedades de olivos autóctonos e introducción en el mercado. Dejen que sean los particulares o empresas emprendedoras los que desarrollen su idea sin entorpecer su trabajo e ilusión.


15 marzo 2016 Esa misma noche, me llama por teléfono el director de la fundación, pidiendo disculpas por haberse olvidado de invitarme a participar  en el proyecto. Supuestamente había sido un despiste por parte de la fundación. Me invitan a reunirme con la fundación, con APAG y con CSIC el 30 y 31 de marzo en Pontevedra para crear el grupo de trabajo para el nuevo proyecto.
Cual es mi sorpresa cuando en la segunda reunión, está invitada como nuevo miembro del equipo de trabajo, la asociación de viveristas del norte de Galicia ASVINOR. El fin era que FJV solicitaba la subvención, CSIC investigaba las características de cada variedad para publicarlas, APAG aportaba olivos, Jose Galan redactaba el protocolo de técnicas de multiplicación y ASVINOR comercializaría las plantas.

Tras este ultimo revés, comunico a FJV que actúa como organizador, mi decisión de salirme del grupo de trabajo, viendo que estaba siendo utilizado para proporcionar material vegetal de mis olivos centenarios, desvelar la técnica de multiplicación que durante mucho tiempo he venido perfeccionando y para al final cada uno de los otros colaboradores se beneficien.

CSIC publicando los resultados y justificando las horas de investigación, FJV obteniendo una subvención de la Xunta y ASVINOR vendiendo olivos autóctonos.
Actualmente, el proyecto acaba de comenzar con la recolección de muestras para identificar y están a punto de organizar una presentación ante los medios, dando a conocer lo fabuloso del proyecto ideado por la FUNDACIÓN JUANA DE VEGA.


Por este motivo y tras mucha meditación he decidido dar a conocer lo sucedido con esta fundación y mi proyecto. No tengo nada contra CSI (Misión Biológica de Galicia), ni contra APAG, ni contra ASVINOR. Son meras herramientas para que FJV obtenga la subvención que entiendo dispondrá a su gusto. A diferencia de lo que yo solicitaba a la Xunta, que eran 39.100€. Para el mismo proyecto, FJV solicita a la Xunta 200 000€.

Cada uno de los colaboradores tiene su interés y no me parece mal:

APAG, que ha solicitado la DOP Aceite de Galicia, aportará al expediente de la solicitud, estudios, resultados de las investigaciones que realice el CSIC durante el proyecto a cambio de aportar muestras de olivos autóctonos.

AVISNOR, recibirá clones por parte del CSIC y las indicaciones de como multiplicar olivos autóctonos en sus viveros socios y los podrán comercializar.

FUNDACIÓN JUANA DE VEGA que es la organizadora de la fiesta, con su brillante idea, supongo que recibe la subvención de la Xunta de Galicia, reparte una pequeña parte (Me consta) del dinero con los otros colaboradores del proyecto y cumple con su misión de apoyo y promover el conocimiento, conservación y desarrollo del medio rural en Galicia.
Supongo que también con estas grandes ideas, afianza su relación con la Xunta de Galicia.



Espero no haberos aburrido con el relato, pero me parece necesario contarlo. Ahí queda.











3 comentarios:

  1. He llegado a este blog de casualidad. Como puedo seguir lo que estas haciendo? No encuentro tu pagina web. Me parece super interesante que estes recuperando especies autoctonas

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    1. Hola Manu. Finalmente estas cosas te aburren, cuando remas contra corriente y los grandes te machacan, te roban y te engañan, los pequeños no nos queda otra que salirnos del circuito.
      Vendí mis olivos Brava gallega certificados por la xunta de Galicia, vendí varios miles de nuevos hijos producidos por mí y me quedé con un centenar de individuos, tanto brava gallega, mansa y otras tres variedades que descubrí y que no están registradas en el banco mundial de variedades. Ahora los grandes, se ponen las medallas por sus grandes ideas, piden y reciben subvenciones por su labor a la defensa y recuperación de variedades galegas únicas en el mundo. Esto me cabrea mucho, pero es en este escenario donde vivimos y hay que resignarse.
      Si quieres localizarme, envíame mensaje por facebook. No lo uso mucho pero contesto. (No me gusta dar mi tel o email públicamente)
      Saludos cordiales

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    2. Bueno, acabo de comprobar que por aquí también me llegan los mensajes...No sé porqué ni vi el tuyo de hace tanto tiempo. Te pido disculpas

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Gracias por tu aportación....